
De aquellos míticos duelos entre Ben Johnson y Carl Lewis -siempre he sentido especial predilección por el mítico velocista de Alabama- a la supremacía de 'Mo' Greene -siempre guardaré en el recuerdo su victoria en el Mundial celebrado en Sevilla y que por fortuna pude vivir en primera persona-, en estos tiempos el cetro de la velocidad mundial parece más abierto que en periodos anteriores.
Y viene este pequeño repaso a mis gustos deportivos para comentar la coronación del nuevo rey de la velocidad, el estadounidense Tyson Gay, que se impuso con autoridad en la final del hectómetro de los Campeonatos del Mundo de Osaka, aunque con una marca de 9.85, quedándose a o centésimas de la plusmarca que poseen el americano Justin Gatlin, suspendido en al actualidad por doping, y el jamaicano Asafa Powell, que se tuvo que conformar con el la medalla de bronce por detrás de Gay y el bahameño Derrick Atkins (9.91).
La potencia del atleta que se presentaba con la mejor marca de la temporada (9.84) se hizo notar en la segunda mitad de la carrera al dar caza a su máximo oponente, Asafa Powell, que fue el más rápido el partir desde los tacos de salida, y en los metros finales no vio peligrar en ningún momento su medalla de oro ante un Derrick Atkins que fue de menos a más para alcanzar el segundo escalón del podio tras rebasar a Powell sobre el mismo emparrillado.
Con este nuevo triunfo, Estados Unidos confirma su dominio en la prueba reina del atletismo en unos Mundiales con un botín de ocho medallas de oro gracias a los tripletes conseguidos por Carl Lewis y Maurice Greene a los que hay que unir las victorias del defenestrado Gatlin y la reciente de Gay. El palmarés ena la prueba del hectómetro de los Campeonatos del Mundo se completa con el británico Linford Christie, el canadiense Donovan Bailey y Kim Collins de la exótica isla caribeña San Kitts and Nevis.
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