
Algunas semanas después y con muchas más fuentes consultadas puedo confirmar que la Liga Superibérica está más cerca de ver la luz con equipos españoles, portugueses y uno de Gibraltar, que la FER -como era de esperar- está poniendo todas las chinas -o pedruscos- posibles en el camino y que Sevilla tendrá una de las franquicias que inauguren esta nueva competición.
El matiz está en que la franquicia, cuya cabeza visible en el aspecto deportiva es el presidente del Mairena Alejandro Aguilera, no será ocupada por un solo club sino que se hará una especie de selección andaluza con todos aquellos equipos que quieran participar, teniendo en cuenta que existe otra franquicia en Gibraltar.
Alejandro Aguilera ha aprovechado la pasada Asamblea de la FAR para mantener los primeros contactos con clubes como Portuense o Jaén, que se han mostrados muy receptivos a la propuesta, sin dejar de lado las conversaciones que se mantienen desde hace algunas semanas con los equipos de la capital hispalense.
El principal obstáculo que se está encontrando el nacimiento de esta nueva competición, que puede significar el despegue definitivo del rugby en España, es la intransigencia de la FER que no quiere dejar de controlar la elite del rugby nacional. Por eso, la comisión deportiva encargada de preparar el terreno para que la Superibérica eche a andar el próximo año está elaborando dos calendarios: uno de Liga a una vuelta para acoplarlo al calendario de la FER y otra a doble vuelta si al final los responsables de las franquicias rompen con el organismo del rugby nacional al ser imposible llegar a un acuerdo.
Por cierto, en el blog 'Patada a seguir' del compañero del diario As Fermín de la Calle (recomendable para los aficionados al rugby) dejaba caer que el nombre de la franquicia sevillana puede ser Tartessos, aunque la existencia de un club en Huelva con dicho nombre puede hacer que se busque otro para no coincidir con ninguno de los equipos existentes actualmente.
Las franquicias españolas están situadas en Sevilla, Valladolid, Sant Boi, San Sebastián y Madrid, a las que hay que añadir cuatro portuguesas y la de Gibraltar, que ha solicitado jugar en el campo de la Balompédica Linense hasta que se construya un nuevo estadio en territorio de la colonia británica.