Marina Alabau consiguió la semana pasada en Takapuna (Nueva Zelanda) la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de la clase RS:X. La hispalense ya sabía lo que era subirse al cajón en una competición de primer nivel, pues en 2006 se coronó con la plata mundial. No obstante, en esta ocasión el premio era doble. Estaba en litigio una plaza para los Juegos Olímpicos de Pekín, con la también sevillana Blanca Manchón, diploma en Atenas 2004, como adversaria.Alabau, una vez digerido el éxito, no duda en hacer la mejor evaluación posible tras su participación en la cita neozelandesa, en la que secundo en el podio a la italiana Sensini y a la local Kendall. "Este tercer puesto ha sido de lo mejor que me ha pasado en mi vida y nada mejor que compartirlo con Alexandra y Barbara, los dos windsurfistas más grandes de la historia", señala la sevillana, quien mira al horizonte con ambición. "Esto me da fuerzas para entrenarme duro con el objetivo de conseguir una medalla en Pekín", asegura.
Y es que para cualquier deportista un logro de estas dimensiones siempre tiene connotaciones oníricas. "Tras varios años de dedicación y sacrificio, consigo uno de mis sueños: participar en unos Juegos Olímpicos", confiesa Marina, que hace honor al dicho 'es de bien nacidos ser agradecido'. "Sin el apoyo, ilusión y confianza de Kim Lythgoe, mi entrenador, y Diego Quintana, mi preparador físico, hubiese sido imposible mi evolución en estos últimos años", apunta.
Alabau, líder del ranking mundial de la ISAF en RS:X, cuenta con la colaboración de la Fundación Andalucía Olímpica, la Federación Andaluza y la Española de vela, Grand Krust, Movistar y Roxy; además de los incondicionales ánimos de su familia. "Gracias a todos por ayudarme a conseguir mis sueños", sentencia la campeona sevillana.
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