Liga ACB - 29ª Jornada
Inexplicable. Esta es la mejor palabra que puede definir lo ocurrido en un Municipal de San Pablo que se marchó a casa harto. Inexplicable porque vergonzoso o indecente serían dos adjetivos demasiado ofensivos para los jugadores, personas al fin y al cabo, cuyo corazón late a un ritmo distinto al de los aficionados sevillanos. Injusta es toda generalización, como lo es también el sufrimiento que los cajistas de pro tendrán que asumir en el sprint final del campeonato. Menos mal que el MMT Estudiantes también ha perdido.
Toda esta indignación viene a cuento por un primer cuarto demencial (20-34). Los defensores de la dignidad del Cajasol se olvidaron precisamente de eso, de defender, con una falta de concentración que insultaba la inteligencia de los presentes y un repliegue capaz de irritar a los más tranquilos de la ciudad. Cierto es que el Pamesa exhibió una efectividad inusual. Tan verdad como que el Caja se apuntó a darle facilidades a su adversario para que pusiera una máxima renta de 17 puntos (13-30), que quedó en 14 a la conclusión del primer acto (20-34).
Saltaron los de Comas más centrados para disputar el segundo capítulo. El veterano Bennett tiró de manual para dar unas pinceladas de sus lecciones magistrales, De Miguel le siguió en la huida hacia delante y Ellis e Ignerski, otra vez muy entonado (25 puntos), encadenaron dos triples seguidos para llevar alivio a los corazones (34-48, minuto 16). Un espejismo, porque Williams estuvo colosal, tanto en ese momento como durante todo el encuentro (20 puntos). Así que la diferencia quedó fijada en ocho al descanso (44-52).
La fuerzas se igualaron, pero la iniciativa en el luminoso era visitante. Demasiado lastre de inicio. Para colmo, cada vez que el Caja se acercaba, su rival le ponía las cosas claras. En este tercer parcial, fue Oliver (20 puntos al final) el que dinamitó cualquier intento de remontada local. No obstante, con 65-75 y un periodo por delante, había margen para la proeza.
Mentira, como la de este equipo construido para jugar las eliminatorias por el título. Las carencias del comienzo del partido se repitieron en la hora de la verdad para sacarle los colores a todo aquel que tenga, al menos, un mínimo de vergüenza. Dos puntos en seis minutos fue el gran alarde de un Caja que vuelve a levantar los ánimos de sus aficionados... En un sentido negativo, claro.
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(En la imagen, Shammond Williams supera a Ignerski)